Música y literatura debajo del puente de La Salle
- Leonardo Hinestroza
- 29 sept 2021
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 26 mar 2022
Por: Leonardo Hinestroza
El teatro al aire libre debajo del puente de La Salle fue el escenario para que algunos artistas musicales se encontrarán junto a algunas narrativas escritas, creando una muestra cultural en una zona permeada por la pobreza, el consumo y venta de sustancias alucinógenas.
Eran las cuatro y treinta minutos de la tarde cuando llegaron Juan Vanegas (alguien robusto, voz gruesa, de aproximadamente 38 años y de unos 1.78 c.m. de alto), Santiago Álvarez (persona de más de 50 años, cabeza rapada, personalidad bonachona y 1.74 c.m. de alto) y Jhonatan Macías (alegre, observador, amante de recorrer la ciudad en busca de historias, de aproximadamente 30 años y de unos 1.58 c.m. de alto), integrantes del proyecto radial La Litera (proyecto ganador de la Convocatoria de Fomento y Estímulo para el arte y la Cultura 2021 de la Secretaría de Cultura de Medellín) al puente de La Salle en la comuna 3 Manrique.
Venían con bolsos negros que contenían grandes bafles, consola, micrófonos, una seré de cables y extensiones eléctricas para conectar, un portátil e Interfax. Además de alcohol, tapabocas y cajitas de jugos de diferentes sabores con pastelitos horneados.
Agarraron, del carro en el que llegaron, los equipos más grandes para ir bajándolos a 40 metros de altura del puente La Salle donde se encontraba el Teatro al Aire Libre: diseñado con el estilo griego para que la acústica se ampliará por todo el lugar chocando con las casas al rededor del teatro. Saludaron a los jóvenes que se encontraban en el inicio de las escaleras quienes estaban compartiendo marihuana, descendieron hasta llegar al centro del teatro donde se hallaban los primeros 3 músicos, Los Tikis. Luego subieron y bajaron varias veces hasta traerse todos los bolsos negros al escenario.
Las personas iban llegando, mientras los vecinos miraban y escuchaban desde sus ventanas y balcones el pregón de Santiago Álvarez sobre el evento que empezaría a desarrollarse en ese lugar, eso apoyado por la batería de uno de los integrantes de Los Tikis quien ajustaba el instrumento antes de dar comienzo al último encuentro del proyecto de La Litera quien recorrió las comunas 1, 2, 3 y 4 de Medellín en busca de escritores.
La cultura se enciende
A las cinco y cuarenta minutos de la tarde, algo tarde porque se comenzaría a las cinco en punto, van llegando la mayoría de los veintidós invitados para sentarse en las escaleras, pocas personas porque aún la pandemia por la COVID-19 continúa, aunque se visualizaba personas sin una de las medidas para protegerse del virus, un cover de la canción “El carpintero del amor” de Andrés Cepeda hecho por la banda de músicos Los Tikis da inició al evento cultural debajo del puente.
Los aplausos de los asistentes que poco a poco va aumentando se hace sentir mientras un nuevo cover, esta vez, de la canción “Giro” de Fito Páez cubre el lugar permitiendo que la lectura en voz alta de los poemas del libro “Anatomías invisibles: la ciudad amanece” de Jhonatan Macías se mezclen con la melodía.
Más versos emergen en el teatro para hacer volar a las personas con las palabras, para “viajar por el universo de las letras”, para incentivar la cultura.
Llega la noche

Al ocultarse el sol, el alumbrado público se enciende, las risas y gritos de los niños-niñas se intensifican y la música con la literatura retumba con mayor fuerza en el Teatro al Aire Libre de La Salle.
En la oscuridad se completan los invitados haciendo que las lecturas de microcuentos, poemas, crónicas y otras narrativas se hagan más frecuentes para reforzar el encuentro de música y literatura.
Escritores como Edwin Gómez (actor lúdico de unos 35 años), abre su cuaderno para leer en voz alta sus creaciones literarias:
Me duele mi país queriendo estar aquí y lloro queriendo quedarme aquí. Me duele mi país. Me duele en los huesos, en la mente, en el pecho y en los sueños, ahí en ese efímero lugar me duele mucho más. Porque en ese espacio onírico lugar que trasciende los sentidos hay imágenes que yo no quiero borrar, aunque así lo quieran algunos hombres grises de mi país.
Y esas imágenes de fantasía que dejan ver mujeres cuidadoras de la memoria que la han sembrado para nunca olvidar los pasos desaparecidos de aquel que desapareció.
La imagen revolucionaria de hombres que abrazan la vida con tantas ganas abriendo caminos para cultivar miradas sensibles y románticas, imágenes juguetonas de niños y niñas jugando en las aguas de la alegría y la verdad, la imagen coqueta de hombres cantando poesía para otras imágenes nuevas, para otros tiempos nuevos, tal vez unos más poéticos y, ahí en ese vacío profundo entre la realidad agreste y los sueños de lunas eternas vuelve y me duele mi país, el que veo, el que vivo, el que palpito.
Me duele queriendo no estar aquí y lloro queriendo quedarme aquí.
Cada escritor toma el micrófono para expresar mediante sus letras su sentir sobre sus barrios, la ciudad, el amor, el dolor y Colombia. Otros escritores fueron Richard Delgado (ex militar de unos 28 años), Alejandro Calle (estudiante de filosofía, cantante y rapero de unos 27 años) y los adolescentes del Colectivo de Ratón de Biblioteca de Villa Guadalupe como Santiago y Yenci, también elevaron su voz en el encuentro de cierre del proyecto radial La Litera. Espacio que recibió a David Jones, hombre de estatura bajita, cabello largo, barbado, músico de hace 12 años y cuentero de la Nororiental de Medellín quien describe en sus letras su experiencia de vida.
Las horas seguían avanzando en ese viernes de septiembre y con el frío de la noche algunas personas ya se iban despidiendo, pero antes, un refrigerio dio energía para seguir cantando y bailar en ese teatro que estaba debajo del puente como un símbolo de que la cultura llega a todas partes, fue el lugar para ocupar el espacio público y sobre todo, darle vida con las artes.
Después de dos horas, dieciocho minutos y cuarenta y cinco segundos se cierra el telón en el Teatro al Aire Libre de La Salle. Se guardan los instrumentos musicales, los equipos tecnológicos radiales, las mesas, sillas y se limpia el espacio de toda basura para dejar el teatro en óptimas condiciones al regreso de alguien más que desee hacer de él un lugar vivo y cultural.
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